BBS Paranoicos – Capital

Aunque BBS Paranoicos es una banda cuyos nuevos discos ya no escucho, éste fue el último de sus discos que me gustó. Y me gustó porque es un disco original, conceptual y cotidiano. La vida en la ciudad y todo lo que ello implica es algo que de tan común, no reflexionamos; por lo que, invitaciones como ésta, nunca están demás.

El último disco que me gustó, de una de las últimas bandas que supo hacer hardcore no mamón en Chile. Se trata de un disco que habla de una ciudad, una ciudad «capital», pero que en el fondo, retrata lo que sucede a diario en cualquier ciudad del mundo, especialmente del tercero. En lo musical, aunque a estas alturas BBS ya había perdido un poco esa fuerza característica de un principio, la placa parece devolver algo de eso, sobre todo en introducciones como la del primer tema, «Capital», que además, lleva un excelente juego de voces. En lo lírico, incluye frases directas, certeras, con simpleza, pero con gran fuerza: «Cuántos sueños muertos en esta ciudad, cuántos gritos se ha tragado esta ciudad…» Una ciudad en la que «todos nacen muertos y sueñan con ser otros», y «nadie te mira al pasar»; y que, como toda ciudad, está llena de cristales, cristales que son una prisión, una barrera que se impone entre dos realidades distintas, la de quien está dentro y quien está fuera de él: «pierdo la visión, me reflejo sin querer, en el fondo de un cristal azul, y me pierdo más allá…«

Cada ciudad, está llena de historias, y «Otra historia» habla de ello: de qué manera la ciudad, y la gente que vive en ella, va moldeando los sentimientos, sensaciones y pensamientos de cada uno de nosotros/as, de cómo los reprime… «es cierto, perdí la fe, por más que lo intento no puedo creer…. vivir en comunidad anula mi voluntad (…) otra vez en depresión, otra tarde quieta… nada, nada más que un poco de libertad en medio de la ciudad«, aquí, cuando la voz grita por un poco de libertad en la ciudad, la música sabe hacer su trabajo: ese poder creativo y recreativo de la música se hace carne dibujándonos una persona que grita, mirando hacia el cielo, encontrándose con edificios, vidrios y cementos, cuando «si pudiera recordar un gesto amable, otra historia contaría«.

Una ciudad así, es la tierra más fértil que existe para el cultivo del «Mal humor». canción que en su momento, solía cantarme a mí mismo: «con la mente fría, como el corazón, quiebras el ambiente sólo con tu voz (…) escupes sapos y culebras, a nadie quieres escuchar (…) con los ojos rojos, cero comprensión, cada vez más lejos, pero así es mejor…«. Dentro de este escenario citadino, claramente no podía faltar el «Ruido» . Y un ruido, no es solo un sonido, es algo que nubla y entorpece la comunicación. Una canción que habla del ruido en el amor, con frases como para ponerse a llorar : «Te recuerdo, mis intentos, y al final ¿Qué conseguí? ¿No lo sabes¿ lo lamento… sin transar mi dignidad / Imposible comprender si no estás en mi lugar… ¿Libertad? No mientas más, ya lo vas a descubrir«.

La canción siguiente, Kontraviento», es para mí todo un himno, y una de las mejores de BBS. Eso sí, habría sido perfecta con la Voz más cruda, como la del vocal anterior, cantando al más puro estilo de canciones como «Mentira» la lírica de kontraviento: » Sé-que-co-rro-con-tra-el-vien-to -con un golpe de caja y guitarra en cada sílaba, lo que da una fuerza tremenda al canto y emociona bastante al escucharlo-, en-com-ple-ta os-cu-ri-dad, alguien me indico un camino, dicen que es mejor, prefiero ir sin dios…/ Con-el-frí-o has-ta-los-hue-sos, no-me-voy-a-con-ge-lar, tengo un corazón que es puro fuego, es un motor… imposible controlar«

Y se siguen una serie de temas, que hablan de antihéroes, como «Como una sombra«, esas sombras que bajo la excusa del amor, transforman abrazos en prisiones. Y así lo canta la voz, entre una serie de golpes rápidos y secos sobre la caja, de esos que te dejan con ganas de bailar: «La confianza existió, después lo que quedó / adonde vas, quién te llamó, con quién estás…«. Luego sigue el disco con temas como «Arena» que viene a seguir el circuito del disco, y «Al final luces«, que habla de esos túneles que construye la cuidad, que separan nuestras vidas; de esos pasadizos oscuros de los cuales a veces parece imposible salir, ver la luz… de esas luces al final que no hemos de encontrar. Uno de los temas más raros del disco, en cuanto a lírica, pareciera ser «Velocidad«, con frases metafóricas, abiertas, cargadas de un profundo idealismo: «Más allá, fuera de aquí, el mundo real ha de existir, destino cruel, silencio gris, espacio y tiempo caen sin fin…sin explicar, mejor así, y sin embargo creo morir» y frases confusas como: «Salí temprano para no existir» o «A veces miro, a veces marcho y ladran perros, cierro los ojos para no gritar».

Hablar de «Sonríe«, me haría hacer el doble de lo que hago normalmente con las letras. Una canción que no puedo analizar con objetividad, por el recuerdo que lleva irremediablemente implícito: «No irás que fue un error, sonreirás, hazme ese favor (…) el problema no eres tú, tampoco yo… no pienses en nadie más que en mí, sonríeme (…) «. Una canción que tampoco está de casualidad, que tiene que ver con la ciudad, porque en una ciudad de ruidos historias, mal humor y cristales, la única opción, el único refugio para sobrevivir es sonreír.

Finaliza el disco con «Nueva Uno«, bastante lenta, un buen final para el disco, que en general es bastante rápido. Es como una despedida, cargada de sentimentalismo hacia la música: «Aunque pocos tienen fe en esta canción, aunque no hay explicación, más que fuego que no puedes extinguir«. Eso es todo, y «aunque a veces escuchar mi corazón, te podría hacer sufrir, te podría hacer llorar, yo no me vuelvo a mentir nunca más«.

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